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  • Marianne Renoir

El maestro heroico y otros forajidos de culto.

Actualizado: 24 jul 2022



Los hombres han nacido los unos para los otros;

edúcales o padécelos.

MARCO AURELIO.


En alguna parte dice Graham Greene que “Ser humano es también un deber”. Hace algunos meses atrás y como es habitual siempre que inicio año escolar, frente a mis chicos, en el momento de hacer el primer acercamiento con los estudiantes que año tras año adopto casi que como discípulos, porque cada vez que lo hago gracias a mi educación sentimental e intelectual cinéfila es imposible que no piense en que también seré para sus vidas una Maestra, algo así como el Señor Miyagi, en Karate Kid, 1984, - Aquí están las 2 Reglas de Miyagi-Ryu Karate. Regla número 1: Karate solo para la defensa. Regla número 2: Primero aprende la regla número 1; o como el maestro Shaolin de una de las series americanas más populares que yo, de niña, aprecié por allá por los años ochenta o noventa, protagonizada por David Carradine como Kwai Chang Caine, la leyenda del pequeño saltamontes y la historia con la que inicio a mis estudiantes.



Kung fu, 1972, tal vez, fue una de las mejores series de artes marciales, al mejor estilo del Oeste americano, que permearon la infancia y juventud de muchos por aquellos años. Desde su créditos iniciales nos situaba como espectadores, por medio de flashbacks, en los años de niñez y juventud de su personaje un joven llamado Kwai Chang adentrándonos en el tiempo en que transcurrió su formación inicial allá en el monasterio o templo Shaolin (hogar espiritual y físico de los monjes que practican Kung Fu), junto al su maestro Po y sus primeros aprendizajes. Su misión, no era ser un Guerrero Dragón como en Kung fu Panda, su filosofía era desarrollar aquellas habilidades propias de la tradición del Kung Fu que evidentemente logra adquirir con el pasar de años de entrenamiento, gracias al acompañamiento de su maestro y una intensa disciplina. Caine, el pequeño saltamontes, va progresando en un conjunto de habilidades y destrezas con las que, acompañadas de una filosofía de vida muy espiritual, logra perfeccionar una técnica, y así, acompañado de la voz en off de su mentor, salir a enfrentar el mundo, uno cada vez más hostil para él y sus valores. Caine siempre, y primero que todo, recordará las sabias palabras que su admirado maestro Po le decía con el afán de educar su carácter, aquel que le permitiría intentar huir de la pelea innecesaria.


Para alcanzar un objetivo … ejercer la fuerza interior debes. En realidad hay dos tipos de fuerzas. La fuerza externa es obvia: se desvanece con la edad y sucumbe a la enfermedad. Luego está el Ch’i, la fuerza interior. Todo el mundo lo posee, también. Pero de hecho es mucho más difícil de desarrollar. La fuerza interna dura hasta todas las series y cada resfriado. A través de la tercera edad y más allá. -Maestro Kan

Es así como el pequeño saltamontes adquirió valores propios de la cultura oriental, aprendió el dominio total del arte del Kung Fu; lo que le permitió desarrollar las competencias necesarias para enfrentar los retos que le suponía iniciar cualquier viaje o experiencia de vida, sin olvidar que haría uso de dicho conocimiento cuando fuese necesario en defensa de algún débil u oprimido o para corregir alguna injusticia social que no pudiera dejar pasar por alto.



En otras palabras, y como he descrito anteriormente, el aprendizaje a través de la comunicación con los semejantes y de la transmisión de pautas, valores, técnicas y recuerdos es un proceso necesario para llegar a adquirir la plena estatura humana, primero nos educamos para ser personas, seres humanos razonables. Para ser hombres no basta con nacer. En medio de cualquier sociedad, la que sea, todos los ciudadanos necesitamos de unas, llámense, normas o pautas que nos permiten encontrar armonía con el entorno, si las obviamos no podremos avanzar y el mismo sistema se encargará de excluirnos de alguna manera. Es entonces que, desde el ámbito educativo y formativo, a pesar de encontrarnos inmersos en cambios generaciones producto de una modernidad líquida, gracias al desarrollo de la tecnología que no para, de hecho, hoy estudiamos para innovar, se hace necesario y apremiante dar vida y mantener el rol del maestro heroico en el aula de clases. El valor de un profesor no está dado solamente por los conocimientos que es capaz de transmitir y que, adicionalmente, puede evidenciar en las pruebas evaluativas; su razón de ser está en la prudencia (phrónesis, razonamiento práctico) que lleva a buscar el bien a través de un quehacer situado –en este caso el de las prácticas pedagógicas– asunto que involucra el indispensable cuidado ético de sí, en el que la relación con los otro es fundamental. Desde esta perspectiva, la práctica pedagógica debe ir más allá de las técnicas sobre el cómo enseñar una disciplina (Barragán et al., 2012).


Por lo tanto, el motivo de valerme desde el contexto narrativo de un héroe del Kung fu para lograr explicar a mis pupilos la diferencia que existe entre educación y formación, y como éstas se complementan en la escuela, no tuvo otra intención que no fuera la de otorgarle un aire de épica o aventura y que así sonará un poco más “interesante”- un medio- mostrarles que tal como en el Kung fu, como arte marcial o estilo de vida, la verdadera meta no es derrotar a ningún adversario sino mantener la fortaleza mediante al autoaprendizaje y el control de sí mismo; entenderse y considerar o tratar de comprender a los demás. Buscar la paz a través de la práctica. En la actualidad, inmersos dentro de una civilización digital, el autoaprendizaje requiere de más concentración que nunca y además es un reto mantenerse fieles a un espíritu o tradición. Empero, es necesario continuar desarrollando habilidades que permitan progresar, o fortalecer, en actitudes y competencias que provean al estudiante, junto a su maestro, las técnicas o herramientas para mantenerse vigente y de esta manera super-vivir o sobrevivir en medio de la civilización en la era digital.



Al igual que Gandalf en El señor de los anillos, 2001, el maestro continuará siendo un guía, esa persona que muchas veces ha tenido que asumir el mismo desafío (Rodríguez, 2019), y el maestro heroico es quien cumple la función o misión del héroe que orienta vislumbrando un camino, uno que aun cuando esté plagado de Orcos tan grandes y tan feos como lo pueden ser algunos retos que para la vida de nuestros estudiantes a simple vista, y de lejos, parecerán insuperables, pero que tras la adquisición, desarrollo y fortalecimiento de las habilidades y competencias necesarias o especificas lograrán superar, dejar atrás o incluso tomar parte de ellos para crecer y continuar en medio de la aventura, cualquiera que en adelante elijan vivir. Desde esta perspectiva, y como argumenta Rodríguez, en El maestro heroico, un maestro heroico tiene la oportunidad de establecer un puente entre los parámetros tradicionalistas y el uso de tecnologías en el aula, apostando a tener un perfil conciliador entre tecnologías, pedagogía y sentido de vida. Sin olvidar que “El estatus del héroe siempre tiene como carácter el dar la vida por el otro o un colectivo."



Bueno, y, para terminar con mi historia de artes marciales y forajidos Shaolin; después de narrar a mis little grasshoppers la historia del pequeño saltamontes, dibujé en la pizarra, un paralelo entre qué es Educación y qué es Formación (Educar y enseñar) y qué es aprendizaje; en medio de una pequeña nube de ideas en la que participamos todos, y mediante la cual apredimos de conclusiones tales como: - La educación que es esa que recibimos desde peques, desde casa y que se cultiva en la escuela en medio de las relaciones sociales, es aquella que nos permite ser mejor persona y mejor ciudadano, la que nos enseña, por ejemplo, a saludar y a ser agradecidos, por esa razón educación y enseñanza siempre van de la mano dentro del proceso enseñanza- aprendizaje. Es así que luego, al final del curso, a través de un diario de trabajo que se llama proceso educativo y formativo conoceremos si lo hemos alcanzado, o por lo menos desde una primera etapa ya que nuestra educación y formación es parte de un estadio permanente que sólo termina con la muerte del jugador. ¡Y mientras tengamos esperanza, resistencia, persistencia y deseos de aprender siempre tendremos esa vida de más para mantenernos a salvo del inexorable Game over!


Ready Player One: comienza el juego, 2018

En respuesta a la pregunta: Enseñar y educar ¿Qué significa ser un maestro o maestra de la civilización digital?

Para la MDD.

PhD. Sergio Alejandro Rodríguez Jerez.



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1 Comment


Unknown member
Oct 16, 2022

La educación requiere buenos maestros y mucho trabajo propio. Se realiza toda la vida y es para toda la vida.

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