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  • Marianne Renoir

... Y otra de perdedores. Perdón, perdedoras.

Actualizado: 11 sept 2022



I wanna be loved by you, just you

And nobody else but you

I wanna be loved by you, alone!


Nada más delicioso que empezar a escribir con la voz de la diosa de diosas Marilyn Monroe como soundtrack en la diégesis de la historia. Hace muchos días atrás, meses diría yo, que inicié con el documental que, en 2022, hizo Emma Cooper para Netflix, The Mystery of Marilyn Monroe: The Unheard Tapes, y confieso que de entrada me negué a verlo doblado al español, pero créeme apreciado lector, fue un NO rotundo. No podía siquiera contemplar la idea de perderme la oportunidad de escuchar una vez más el mínimo fonema de su preciosa voz. Emma Cooper confiesa para The Guardian, EE.UU que durante su investigación decidió tatuarse el rostro de Marilyn sobre la parte inferior de su brazo: I didn´t think I'd end up having her as part of my body, but you become obsessed with her (No pensé que terminaría teniéndola como parte de mi cuerpo, pero te obsesionas con ella). Tiempo atrás el mismo Billy Wilder mencionaba en una de sus tan polémicas declaraciones: Marilyn Monroe era de carne, y se fotografiaba de carne. Tenías la impresión de que bastaba con alargar la mano para poder tocarla, al referirse a su intimidante presencia.


«Me han preguntado si volveré a trabajar con Marilyn Monroe, y tengo una respuesta clara. Lo he discutido con mi médico, mi psiquiatra y mi contable, y todos me han dicho que soy demasiado viejo y demasiado rico para someterme de nuevo a una prueba semejante«


Billy Wilder.



En cualquiera de mis entradas anteriores escribí sobre un tema que me ha interesado mucho, y prometí una segunda parte. Pues bien, como las promesas son para cumplirlas en ésta, en otra deliciosa noche de sábado, escribiré otra sobre outsiders, sobre rebeldes sin causa. Aquellos outsiders extraordinarios del cine de los años sesenta y setenta, esos que por aquella época en medio del discursillo de sociedad en progreso, del utilitarismo, de la idea del emprendimiento, del reconocimiento y del éxito, empezaron a ser vistos como unos vagos sin voluntad, como gente frágil que carecía del suficiente temple para incorporarse a la comunidad y serle útil de acuerdo al canon establecido. Empiezan a acuñarse entonces palabras como loser (perdedor) que vendría siendo el mismo fracasado pero a otro nivel. Los libros de "autoayuda" y de "superación o crecimiento personal" lanzaron su mensaje esperanzador, el de "tú todo lo puedes", y aquel el que no estaba de ese lado, el de lo políticamente establecido, y simplemente no se acogía a las reglas, sencillamente pertenecía al otro bando, al de la orilla opuesta: el de los PERDEDORES o FRACASADOS.


The Misfits, 1961

Dice Luis Antonio de Villena, POETA, en uno de sus artículos, que se podría trazar una tipología razonada del perdedor: el que no pudo, el que no quiso, el que cayó más lejos. El que asume una cierta mediocridad, el que se rebela, el que -presa de una ansia- se destruye a sí mismo. Perdedores todos, se comportan de manera muy distinta. Lo que cualquier perdedor ha de tener es el impulso de arranque. Es decir, el perdedor no es propiamente un mediocre o un fracasado a secas, sino quien ha intentado ser más -desde el punto que sea, puede ser muy alto- y desde ahí ha llegado al derrumbe. Pero narra también sobre aquel socialmente mal llamado "fracasado", que es diferente al perdedor, o bueno, un poquitito y esa es justo la figura que me resulta aún más interesante, porque según de Villena vendría siendo la de aquel marginal que se rebela contra el sistema, el verdadero outsider, el que decide hacer su vida bajo sus propios parámetros, sus propias reglas, el fracasado por deserción del éxito, el que no teme a un final y vive su vida sin temor al mañana ni a la muerte, tal como dice Guy (Clark Gable) a Roselyn (Marilyn Monroe) en The Misfits (Vidas rebeldes, 1961) de John Huston, un filme absolutamente delicioso:


¿ Y cómo se vive en el campo?

- Bien, uno duerme a gusto, se levanta cuando quiera, se despereza, se fríen unos huevos, y se contempla el día..., se tiran piedras a una lata, se silba...

- Jumm, buena vida.

- ¡Vivamos y nada más!


En Vidas rebeldes (1961) John Huston muestra la radiografía de tres fracasados, o bueno, cuatro... ¿o cinco?, cinco qué mas da. Interpretados por Clark Gable, Marilyn Monroe, Montgomery Clift, Thelma Ritter y Eli Wallach, sí el feo. El guion es escrito por Arthur Miller quien en ese momento era el esposo de Marilyn. Describe la historia de tres hombres que sucumben bajo el encanto de la dulce y encantadora Roselyn, y no es para menos, Monroe representa en Roselyn su vida misma; la figura de la mujer tierna, dulce y sensible ante la belleza de la vida, del campo y de los animales. Una mujer que aún a blanco y negro denota en sus ojos un brillo de nostalgia y melancolía, quien en medio de sus conversaciones filántropas llega a sencillas reflexiones sobre el valor de la vida, la mujer que ama y desea ser amada, el hogar..., temas que hoy por hoy para muchas, del mismo género, podrán ser temas 'sobrevalorados'. Roselyn es entonces lo opuesto a todo lo que en aquella época empieza por determinar lo que hoy día comprende el 'canon' que socialmente 'debe' representar a una mujer multitasking; aquella mujer emprendedora, luchona, que madruga al gym, que luce impecable, que como resuelve todo se encarga de todo: en casa, en el trabajo, en la oficina, algo así como una mujer Everything Everywhere All at Once, pero que además ha de ser bonita y jocosa... y no está mal, pero... ¿en qué multiverso del día se encuentra la mujer dulce, tierna, delicada y desprevenida, aquella que precisamente no necesita ser admirada sino amada?


- Usted procede siempre con naturalidad, incluso comiendo, las mujeres suelen picotear.

- Debe usted creer que estoy loca.

- No, si la miro así es porque... es porque consigue que uno se sienta feliz.



Lo que escribo no es para irme en contra del empoderamiento femenino, lejos estoy, pero tampoco a favor de la excesiva valoración y los altos cánones que debemos cumplir la mujeres en la actualidad. Lo que en realidad me cuesta pensar es que la consecuencia no son otra cosa que patrones o estereotipos que nosotras mismas hemos establecido y que como lo escribí, ya anteriormente, es toda la parafernalia de un optimismo mágico que continúa situando la responsabilidad en los hombros de cada cual, y es poco comprensiva con quien lo intenta pero fracasa. La vida es sencilla y también maravillosa... y a todas estas, repito ¿por qué Dios no me hizo Marilyn?...


Fellini se ha dormido, pero yo no sin antes leer este maravillo verso de mi entrañable Don Luis Alberto de Cuenca, a quien espero conocer antes de que el de arriba o el de abajo me llame a ajustar cuentas, o a él, en el peor de los casos.



Sé buena, dime cosas incorrectas

desde el punto de vista político.

Un ejemplo: que eres rubia.

Otro ejemplo: que Occidente

no te parece un monstruo de barbarie

dedicado a la sórdida tarea

de cargarse el planeta.

Otro: que el multi-culturalismo es un nuevo fascismo,

sólo que más hortera, o que disfrutas

pegando a un pedagogo o a un psicólogo,

o que el Mediterráneo te horroriza.

Dime cosas que lleven a la hoguera

directamente, dime atrocidades

que cuestionen verdades absolutas

como: “No creo en la igualdad”.

O dime cosas terribles como que me quieres

a pesar de que no soy de tu sexo,

que me quieres del todo, con locura,

para siempre, como querían antes

las hembras de la Tierra.


Luis Alberto de Cuenca.

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