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  • Marianne Renoir

Argentina, 1985 (La historia oficial)

Actualizado: 12 ene 2023



Nací en los años ochenta, crecí en el ocaso de las dictaduras del Sur, escuché de su crepúsculo en la radio, era muy peque, las aprendí de memoria pateando piedras junto a las canciones de los Prisioneros de Chile, no era consciente aún, pero por esa misma época también conocí a Marylin. Me aterraba ver, en la tele, cómo grandes tanques de guerra de esos que jamás había imaginado se abrían paso entre la gente trepando como dinosaurios sobre las insignificantes escaleras del Palacio de Justicia, en la capital, en la ciudad de Bogotá. Gente que parecía del común con enormes abrigos, sombreros y pancartas gritaban cosas que para ese entonces realmente no entendía. Luego la cámara mostraba, en primer plano, rostros de mujeres a quienes se les notaba desesperadas, señoras que parecían madres, porque para mí nadie puede llorar con tanto dolor, con ese dolor que brota del pecho, como una madre. Gritaban con agobio en sus voces, proclamaban justicia, reclamaban a sus hijos, a sus familiares desaparecidos. Muchas de aquellas imágenes para ese entonces ya hacían parte del archivo documental, y como en algunas películas la realidad se confundía con la “ficción”, pero lo realmente evidente y triste era comprobar que año tras año lograbas recordar las mismas caras, yo apenas les podía reconocer, pero tan sólo ahora me pregunto: cómo un ser humano logra sobrellevar tan larga espera sin noticias de su ser querido, en medio del desconocimiento de la verdad y en la zozobra que produce la incertidumbre. Los carteles eran los mismos, sus consignas también: ¿Dónde están los desaparecidos?. Recuerdo también haber pasado parte de mis años infantiles, viendo la televisión en la sala de estar, acurrucada, agachada tratando de ser invisible ante las escenas de películas o imágenes de noticieros que contenían exceso de bala o violencia, y que mi madre no me permitía ver, ah, y por supuesto a esas que mostraban sudoroso exceso de amor. Por aquel tiempo me consideré una espía, una espía con chupetín.


Está claro: "Los espías no comen chupetín".
Argentina, 1985

Argentina, 1985


Por esos mismos años, al Sur, realmente al Sur de lo que era una revolución que apenas iniciaba en Colombia, y que no prosperó, se lograba advertir un aire de esperanza, esperanza que era Latinoamericana, de todos, todos unidos. Lo que podríamos llamar, una esperanza colectiva. Dice Carl Jung que en el inconsciente humano habita una conciencia, una que representa toda la herencia espiritual de la evolución humana, y que aparece de forma innata en la estructura cerebral de cada individuo al nacer. Dicha conciencia inconsciente no posee solamente elementos de carácter personal (como aquellos tan Freudianos), sino elementos de carácter colectivo (sociales – culturales), que brotan innatos, ligados a cada uno nosotros desde nuestro nacimiento, en forma heredada o arquetipos (poder, creencia de algo más grande, la maternidad y paternidad, o el simple ideal de llegar a ser libres). Como lo canta Charly García en el coro de la canción que lleva el mismo nombre, Inconsciente colectivo, y que es parte de la banda sonora de la película que protagoniza Darín.


Nace una flor, todos los días sale el sol De vez en cuando escuchas aquella voz Como de pan gustosa de cantar De los aleros de la mente con las chicharras […]

Máma, la libertad siempre la llevarás Dentro del corazón Te pueden corromper, te puedes olvidar Pero ella siempre está…


La libertad, uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron, mi querido Sancho. Una conciencia que proviene del verbo “mamar; como cuando un niño máma del seno de su madre. La libertad que ya es parte de nuestro ser es heredada y trasmitida por nuestra madre, quizá; por nuestros ancestros, tal vez, o simplemente hace parte de nuestra misma esencia preconcebida, la que nos hace tan diferentes y algunas veces raros. Una transmisión invisible que en muchas ocasiones no entendemos pero que muchas generaciones hemos experimentado.


Argentina, 1985

Para contextualizarnos un poco en medio de la película que este año estrena Amazon Prime, Argentina, 1985, que está dirigida por Santiago Mitre y protagonizada por el inigualable Ricardo Darín, junto a su coequipero Juan Pedro Lanzani ¡Qué tal si hacemos un flashback de Historia, música y por supuesto, de cine!!!


Antes de Argentina, 1985


Antes de que Raúl Alfonsín asumiera la presidencia de Argentina en diciembre de 1983, y firmará el decreto 158 que dictaminó el comienzo del proceso judicial contra mandos militares quienes abusaron de su poder mientras gobernaban el país, en Argentina existieron dos dictaduras militares que marcaron drásticamente su historia. La primera, la dictadura de Juan Carlos Onganía, líder del bando azul y dictador argentino que ejerció el cargo de presidente de la Nación Argentina de facto entre 1966 y 1970, durante la primera etapa de la dictadura cívico-militar autodenominada "Revolución Argentina". Dentro de su dictadura Onganía resignifica, por decirlo así, y cambia el orden establecido de lo que era para ese entonces una dictadura en su país y en consecuencia sus políticas, instaurando el tiempo político indefinido en aras del establecimiento de lo que se llamó un gobierno totalitario. Suspende las garantías individuales dejando el poder a manos de las organizaciones de control militar, donde predominaba la censura y la represión, bajo el nombre de la doctrina de “Seguridad Nacional”, que como en otros mundos paralelos no es otra cosa que el pueblo como el enemigo del pueblo. Para ese entonces la memoria de Juan Domingo Perón y su nombre eran innombrables. Luego de su exilio, el objetivo de la oposición fue erradicar su figura y convicciones de la memoria del pueblo de la argentina. Es entonces que como oposición a la oposición surge la resistencia peronista, pero debe mantenerse en clandestinidad. Hablar de Perón, para la gente, era tan peligroso como en Harry Potter lo era mencionar al “Innombrable”. Inician las persecuciones políticas y en consecuencia las desapariciones, la primera fue la del cadáver de la novia, sí, la del cadáver de Evita Perón.



La segunda dictadura, para ese entonces, fue la liderada por el susodicho: Jorge Rafael Videla. Militar y dictador, Videla fue líder del gobierno militar desde 1976 hasta 1983 momento en que se restaura la democracia. La Junta de Videla, que jamás se esperó aquel mayo del 78, es considerada una de las más sangrientas, perversas y miserables de la historia de Latinoamérica. Al mando de Massera monta la llamada “Escuela Mecánica de la Armada” que se convierte en centro oficial de torturas del régimen. Dentro del régimen se “adopta” la tortura como una de las formas de aniquilación sistemática contra todo opositor de cualquier de naturaleza, y digo "sistemática" porque se replicaba como una secuencia constante en donde se torturaba al primero para que este a su vez diera otro y otros nombres de segundos quienes posteriormente desaparecían como producto de un viejo truco de magia. Garaje olimpo (1999) dirigida por Marco Bechis y protagonizada por Dominique Sanda, narra la historia de la detención clandestina, tortura y posterior muerte tras ser arrojada desde un avión de, María, una activista política y alfabetizadora llevada a un centro clandestino de detención ubicado en la ciudad de Buenos Aires. La historia de María representa la figura del detenido desaparecido, el que no puede hablar y se convierte en figura habitual. Su historia representa la impunidad que se vio cobijada tras la Ley de Perdón y Olvido, sin cadáver no hay delito. Muchos de los desaparecidos terminaron drogados y con cemento en los pies arrojados vivos desde un avión al mar del Mar del plata, dentro de los denominados “Vuelos de la muerte”.



Garaje Olimpo, 1999

Pero tal vez uno de los momentos más escabrosos es en el que, de manera simultánea en Latinoamérica, dictaduras que se llevaban a cabo en ese momento: las de Chile, Paraguay, Uruguay montaron un sistema de represión sistemático denominado “El plan cóndor”, un cóndor como aquellos que con sus alas imponentes dominan y sobrevuelan nuestros Andes. Los "rebeldes" que huían de La Argentina a otros países al llegar a dichos aeropuertos sería repatriados y desaparecidos, y así mismo los que huían de Chile - Argentina, Paraguay – Chile, aleatoriamente. Ríos de gente, exiliados y desaparecidos manan entres las cordilleras de las bellas tierras del Sur. Es en ese momento tras la adjudicación de la Ley del Perdón y Olvido que entre los chicos excluidos hijos de padres desaparecidos y el movimiento estudiantil, surgen aquellas historias que nadie se atrevía a contar, que posteriormente son llevadas al cine, y es el Rock una vez más quien canta y cuenta la historia oficial. El Rock en español nace en Argentina luego de que el Rock en inglés es censurado durante la Guerra de la Malvinas. Los chicos necesitan cantar, pero también denunciar. De nuevo la música se vale de su fuerza, de la rebeldía en sus letras, y tal como el cine se transforma en escenarios de libertad, de resistencia en medio de un estado de censura, represión y persecución.



Uno de los movimientos más valientes de aquella época es liderado por un grupo de madres, las madres de la Plaza de Mayo. La Historia Oficial (1985) dirigida por Luis Puenzo, narra la historia de Alicia una profesora de Historia quien sospecha que su hija adoptiva es una de las niñas desaparecidas, hija de un prisionero político asesinado, llevada a casa por su esposo quien nunca le ha rebelado la verdad. La Historia Oficial es también la primera película nacional ganadora de un premio Oscar. A parte de Tango Feroz, que es otra historia con mucho rock, una de las películas más conmovedoras y que narra precisamente las desapariciones dentro de la dictadura es Kamchatka (2002), dirigida por Marcelo Piñeyro y protagonizada por Ricardo Darín (quien siempre elige muy bien sus papeles, y por eso se da el lujo de hacer tan solo una película al año). Cuenta la historia de una pareja que sabe a ciencia cierta que pronto llegará el momento en que van a desaparecer, sí, así como por arte de magia. Junto a sus hijos se trasladan a vivir al campo para disfrutar de lo que puede llegar a ser el último momento en familia antes de que con toda certeza los desaparezcan, pero con lo que no cuentan es con que que su hijo menor, que además de ser un curioso soñador, tiene un libro de magia, síii, el libro de Houdini, quien en realidad no es mago sino escapista... Una bella historia de amor, de esas que poco se escriben tan bien escritas por estos tiempos, y uno de los finales más nostálgicos y conmovedores del cine argentino.



“El sadismo no es una ideología política,

ni una estrategia bélica,

sino una perversión moral”,

dice Julio César Strassera, en cuerpo y voz del insuperable Ricardo Darín, hacia el final de su potente monólogo con el que termina por convencer a los jueces sobre la atrocidad de la dictadura militar en Argentina desde 1976 hasta 1983.

En Argentina, 1985.

Argentina, 1985 más que una historia tipo thriller judicial basada en hechos reales, es una película que guarda parte de aquel inconsciente colectivo del que habla Jung; que parte de un pedazo de historia de la vida de uno de esos tantos personajes que interpreta Darín, y que tienen tanto corazón. Podría ser a su vez, el inconsciente de miles de personas que han sufrido de muchos años de silencio, de muchos años de guerra; y el comienzo de una revolución, la revolución del ¡Nunca más!


Ricardo Darín seguirá siendo aquel héroe nacional, e internacional, que goza de gran empatía y admiración por parte de un público que además le respeta, independientemente de su ideología: como Bombita, como Benjamín o como Strassera. Por que, una vez más, al final lo que haces en la vida es lo importante, no cuanto tiempo tienes ni lo que deberías haber hecho.


- No te imaginas cuanta gente mataron para que no existieran jóvenes soñadores

como tú, y sin embargo siguen naciendo.

Continúa soñando pero no te asocies con la muerte.

Despabílate amor (1996), Eliseo Subiela.


Héroes ( en español), Richard Coleman.


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2 Comments


Jorge Corrales
Jorge Corrales
Oct 31, 2022

A mi Darín me parece un excelente actor. Como olvidar a Bombita. Me has dejado picado para ver Kamchatka. Está muy interesante tu texto.

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Milena Lozano
Milena Lozano
Oct 31, 2022
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Hola, Jorge. Muchas gracias. La verdad no lo he terminado y tampoco corregido, pero agradezco la lectura que has hecho, disculpa los errores, por favor. :-)))

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