Te has sentado en el sillón del porche
te columpias y no te queda más que contemplar la última puesta de sol
vagar hacia el horizonte en la vieja Chevy
sin rumbo fijo
solo te dejas llevar
recuerdas el último parpadeo,
el rose de sus manos,
la conversación sin fin,
el aroma a café tostado de su piel en la mañana,
la olla repleta de verduras calientes al medio día,
el mantel que adornaba la mesa,
la cerveza fría y aquel puñado de flores
El viejo bolero aún da vida al oxidado tocadiscos suplicando un cuerpo que danza al ritmo aunque permanace ausente
-Ya no se hacen películas ni se escriben guiones como éste,
ni se suele contemplar el Oeste
En aquella tarde en la que gallos cantan despidiéndose de la luna, Cry Macho!
Una ovación y una oración para el gigante Clint!